La XII edición del Congreso Nacional de Estudiantes de Energías Renovables (CNEER 2025) abrió actividades con un mensaje claro: la transición energética en México necesita ciencia de frontera, talento joven y colaboración efectiva entre academia, industria y gobierno.
El Instituto de Energías Renovables (IER) de la UNAM fue nuevamente la sede del Congreso, que coincide con la celebración de sus 40 años de trabajo continuo en investigación y formación de especialistas.
Un arranque con historia: 40 años del IER-UNAM
En su mensaje inaugural, el doctor Miguel Robles Pérez, director del IER, subrayó el significado de llegar a cuatro décadas de labor científica en Temixco. Recordó los orígenes del Instituto, como Laboratorio de Energía Solar —antes parte del Instituto de Investigaciones en Materiales— y la visión pionera que, desde entonces, buscó transformar la energía del sol en energía útil para procesos productivos y sociales.
Ese legado, enfatizó, se ha construido “a lo largo de generaciones de estudiantes e investigadores” que hoy influyen tanto en la industria renovable nacional como en el ecosistema académico”.
Electromovilidad: reto científico y oportunidad
Bajo el lema “Movilidad sostenible”, en esta ocasión, el congreso giró en torno a la electromovilidad; un tema que condensa desafíos de ciencia aplicada e ingeniería de sistemas: electrónica de potencia, software y control, almacenamiento y gestión de energía, redes de carga y su integración con fuentes renovables.
Resolverlo, dijo Miguel Robles, exige adaptar soluciones al contexto mexicano, con criterios de resiliencia ante el cambio climático y de viabilidad tecnológica para acelerar la adopción a escala de las energías renovables.
Un congreso hecho por estudiantes… para estudiantes
La doctora Margarita Miranda Hernández, Coordinadora de Posgrado, remarcó el valor formativo del congreso como experiencia de organización, divulgación y encuentro.
Por su parte, el doctor Jorge Alejandro Wong, Coordinador de la Licenciatura en Ingeniería en Energías Renovables, subrayó un rasgo distintivo del CNEER: es un evento concebido y operado por estudiantes, que se ha fortalecido con la participación creciente de los alumnos de licenciatura.
Más que una agenda de ponencias y talleres, el CNEER funciona como incubadora de redes: aquí se tejen colaboraciones que luego devienen tesis, estancias, emprendimientos y proyectos con la industria y el sector público.
Industria comprometida: reciclaje y sostenibilidad
En representación de las empresas aliadas, el ingeniero Francisco Díaz, director de Operaciones de Papel de GRUPAC, definió a la sostenibilidad como prioridad operativa. Detalló que, si bien el papel tiene un origen innegable en la fibra celulósica, hoy la competitividad pasa por recuperación de materiales, eficiencia hídrica y energética, y economía circular.
La industria papelera mexicana —dijo— ya opera con reciclaje a gran escala y cadenas de suministro regionales (San Luis, Hidalgo, Puebla), lo que reduce la huella ambiental. Su mensaje a la comunidad estudiantil fue doble: perseverar en el relevo organizativo del congreso y superar, año con año, los estándares de calidad técnica y de sostenibilidad.
El motor social de la transición
El Coordinador General de CNEER 2025, Luis Enrique Ballesteros Espinosa, definió al congreso como un movimiento: un espacio donde la ciencia y la tecnología se encuentran con el propósito social. Más allá de mostrar avances, el congreso genera alianzas, proyectos y amistades, elementos indispensables para sostener en el tiempo cualquier cambio estructural.
Su cierre dejó una imagen potente de divulgación: “La energía más poderosa no es la del viento, el sol o el mar, sino la del grupo de personas dispuestas a cambiar el planeta”. Una síntesis precisa del enfoque que recorre la edición 2025: personas organizadas como tecnología social para transformar sistemas técnicos complejos.
Alianzas y comunidad
El evento agradeció el apoyo del IER-UNAM y de instituciones y empresas aliadas como GRUPAC, Iberdrola México, Pravos Energía, la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Morelos, EDF Power Solutions, SAQUA y Solarever, entre otras.
Ciencia que se comparte: programa y experiencia
La programación incluyó conferencias, talleres, presentaciones y actividades pensadas para maximizar el aprendizaje entre pares y con especialistas invitados. Además, el congreso promovió dinámicas de divulgación científica, ejemplos aplicados y espacios de interacción directa con los ponentes.
El CNEER 2025 confirmó que la transición energética no es sólo una cuestión de kilowatts: es un proceso social y técnico que requiere memoria histórica, rigor científico, talento joven, industria responsable y políticas públicas informadas.
Al celebrar 40 años del IER-UNAM y apostar por la electromovilidad como tema vertebral, el congreso ofreció un mapa de ruta realista: investigación pertinente, prototipos que llegan al territorio y redes de colaboración que sostienen el cambio.
La ciencia avanza cuando se comparte. Y en Temixco, este año, quedó claro que compartir es indispensable para acelerar el cambio de paradigma energético.
Memoria del evento en: https://www.instagram.com/cneerunam/
Ceremonia de inauguración
Asistentes al congreso
Coordinación del CNEER 2025
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